El 18 de septiembre pasado (probablemente uno de los más largos de mi vida) me fui con mi pololo a conocer Pipa, al norte de Brasil. El viaje es bastante largo, es prácticamente todo un día. Hay que volar de Santiago a Sao Paulo, de Sao Paulo tomas otro vuelo hacia Natal y desde Natal es 1 hora 20 viajando en auto hasta Pipa. Es una aventura más o menos, pero vale la pena llegar a este pequeño paraíso.
Llegamos a un hotel increíble que se llama
Oka Da Mata. Si tienen la posibilidad de ir a Pipa, les recomiendo este hotel a ojos cerrados. No tuvimos nunca un problema, la atención era muy personalizada, el desayuno exquisito, te transportan en una van a todos lados gratis, la habitación muy cómoda, etc. Un lujo de hotel!
Al día siguiente lo primero que hicimos fue ir a la playa Dos Golfinhos de la que tanto nos habían hablado. Fuimos sólo un rato porque fuimos tarde y la marea ya estaba subiendo. Allá las playas están conectadas a través de roqueríos, entonces si la marea sube, te quedas atrapado entre playas.
Primer contacto con el sol. Luciendo mi blanco fascinante con mis anteojos Topshop y mi bikini Maui&Sons.
Juguito de mango para el calor :)
Una mantis religiosa (?)
Almorzamos en un lugar frente a la playa del centro. Con una vista bastante privilegiada que nos hizo entender que al fin estábamos de mini vacaciones!
El pueblo de Pipa es bien pequeño, tiene una calle principal donde se encuentran la mayoría de los hoteles, restoranes, bares y tiendas. A eso se le llama "El centro", aunque es bien turístico, ya que si sigues por esa calle das la vuelta al pueblito y puedes ver un ambiente diferente, más local y con la gente que vive ahí. Pipa es muy seguro. No pasa nada malo. Puedes caminar de noche, dejar tus cosas en la playa y no pasa nada. Nadie busca robarte ni asustarte. La gente vive en paz, tranquila y feliz. Es un lugar que tiene playa con delfines. Ninguna parte del planeta que tenga delfines en sus playas puede ser un lugar de gente mala, creo yo.
Cementerio de Pipa
A las playas de Pipa también se puede llegar desde las alturas, es decir, bajando el cerro literalmente. Pueden hacerlo también pasando por el Santuario Ecológico como hicimos nosotros. Pagas una entrada de 8 reales y vas aventurándote por el Santuario hasta llegar a un lugar que tiene muchos animales. El Santuario Ecológico quedaba justo al frente de nuestro hotel.
Un monito ♥
Coke dándole de comer a la tortuga!
Un tuinie maravilloso, de color amarillo!
Luego de caminar unos 20 minutos, bajamos por una escalera muy larga que nos llevaba a Playa do Madeiro. Es una de las playas que está más equipada para recibir gente. Se puede comer ahi mismo, tienen reposeras y quitasoles, además venden bikinis en la playa (es la única donde vi que vendían).
Camarones apanados :D
Soy una gozadora de la vida. Me hizo muy feliz estar en la playa, en contacto con la naturaleza, en contacto con el mar tibio.
De vuelta de Playa do Madeiro nos fuimos encontrando con lugares donde no había nadie, la naturaleza es muy generosa con Pipa, hay lugares realmente hermosos y como fuimos en temporada baja, muy despejados de gente, lo que fue mucho más agradable para nosotros que queríamos una semana de descanso.
En la noche fuimos a comer Feijoada, la comida típica de Brasil y que yo nunca había probado. Como ya saben, amo comer, por lo que no podía irme de Pipa sin probar este plato que ya me habían dicho es muy calórico, porque contiene mucha carne y carbohidratos. La verdad creo que para conocer bien un lugar, hay que conocer también su comida. Es como un extranjero que viene a Chile, no puede no probar los porotos con rienda o una cazuela ♥
Outfit: Vestido sin espalda Maui&Sons, pañuelo ropa usada de Valparaíso.
Tengo que declarar que AMÉ la feijoada. Afortunadamente pedimos la porción para una persona (se imaginan si esta es la para 1 sola persona, como sería la para 2!!!). La mezcla de porotos negros, arroz, naranja, chuleta de cerdo con espinacas y tocino frito, y ese guiso de carne con longanizas. OMG! Qué más puedo decir sin que esta mezcla de sabores no les de una idea de lo maravillosa que es la feijoada?? Yo que nunca la había probado, me enamoré. Creo que los porotos negros con arroz son la mezcla más exquisita que pisa la tierra.
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Playa Dos Golfinhos, te amo.
Esta playa sin duda es una de mis favoritas, no sólo por los delfines, que los puedes ver nadando a 1 metro de ti (sí, te metes al agua y ellos pasan al lado tuyo ♥), sino que las olas son tranquilas. No hay restoranes, por lo que te sientes aún más aislado de todo. Sólo hay algunas reposeras y servicio de juguitos, agua, coco, etc. Es un paraíso. Se ven los barquitos que traen a los turistas a ver los delfines, cosa que yo les recomiendo que no hagan. Meterse al agua para ver a los delfines era la mejor forma de verlos y no había que pagarle 30 reales a nadie.
Outfit: Otro de mis bikinis Maui&Sons ♥ Este tiene vuelitos coquetones y florcitas, anteojos de ♥ , Ebay.
Outfit: Bikini Maui&Sons, polera Topshop.
Almorzando en el centro, donde había más y más comida calórica. Eso es algo que me llamó mucho la atención. Al ser país de altas temperaturas, la comida en casi todos los lugares era cargada a los carbohidratos. Mucho arroz, porotos, papas fritas, etc. De todas formas este plato estaba bastante rico!
En la tarde fuimos a conocer la playa Tibao du sul. Que combina playa con laguna natural. Es perfecta si vas en familia y con niños pequeños porque el sector de la laguna no tiene olas. Es como estar en una piscina. Es tranquilo y el paisaje es hermoso. Nos quedamos leyendo en la playa hasta que nos dieron las 4:30 pm y nos trasladamos a una crepería que queda en la laguna para prepararnos para la puesta de sol. Tibao du sul es EL lugar para ver la puesta de sol en Pipa.
La puesta de sol en esta crepería es increíble, no sólo porque la puedes ver mientras te comes un crepe salado o dulce, sino que porque al ponerse el sol, ponen música clásica que hace que todo el espectáculo del sol hundiéndose en el mar, sea aún más espectacular. Este fue por lejos, uno de los momentos favoritos del viaje. La música, el crepe, el mar, el sol poniéndose, mi pololo conmigo. La vida tiene cosas tan simples y hermosas, que es una pena que a veces no nos demos cuenta de cuántos regalos tenemos en nuestro día a día. Hay que estar siempre atento y saber MIRAR.
Y cayó la noche y luego de pasar por el hotel para dormir un rato, fuimos a comer a un restorán italiano que les recomiendo demasiado! Comimos unas pastas increíbles, además que nos atendió un chileno, que se llama Camilo y que trabaja ya hace algunos años en ese restorán. Gracias Camilo por la atención preferencial que nos diste. Hiciste más agradable nuestra noche, sin duda.
Ese es el restorán para que lo agenden y sepan cuál es si van a Pipa, porque hay otro, pero este es el que queda en la primera calle a la derecha, por la calle principal :)
Así es como despertábamos todas las mañanas. No sé si lo he mencionado en el blog, pero el desayuno es LEJOS mi comida favorita del día. Imagínense entonces cómo estaba de feliz al poder comer todas esas frutas tropicales (comí mango por kilo todas las mañanas!!) y la variedad de pancitos y cosas dulces que había hacen que mientras escribo se me haga agua la boca :P
Como dije, este hotel era un lujo ♥
Outfit: Desde la terraza del hotel, con vista al mar. Polera de encaje Nasty Gal, short Maui&Sons, sandalias fake balmain (antiguas) Foster.
Los hombres y sus códigos, estábamos en la playa y mi pololo vio que se estaba armando un partido de fútbol. Cerca de nosotros había un francés con su polola. Ambos se levantaron y sin que nadie los invitara se unieron a los equipos. Todos felices, todos jugaron y al terminar se metieron al mar, todos como amigos y extraños. Eso es lo único que envidio de ser hombre. Esa facilidad de hacer amigos desinteresadamente y aunque nunca más se vuelvan a ver, siempre hay una buena onda inicial. Nadie les hace un scaner de pies a cabeza para ver si pueden o no ser amigos, solo pasa.
Delfines de la tarde ♥
En la noche fuimos a comer a un restorán nuevo de la zona, de unos españoles, llamado Oliva. Nos lo recomendó el recepcionista del hotel que es argentino y no nos defraudó, la verdad que sólo nos hizo buenas recomendaciones.
El lugar era chiquitito y acogedor, con una decoración de muy buen gusto, todo era rústico y bonito. Las flores del lugar eran naturales y cultivadas por la dueña.
La Paella que pedimos estaba exquisita! Ni en España probé una tan rica. La verdad que el cocinero logró con mariscos de otro país, hacer una paella increíble. Y eso que las almejas y choritos son muy pequeñas, nada que ver con las que tenemos aquí en Chile.
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Playa del centro.
Outfit: Bikini Maui&Sons, anteojos clubmaster Rayban, pañuelo ropa usada.
Me gusta esta foto, mi cara de felicidad no puede más. No podía pedir nada más. Tenía todo lo que quería tener conmigo ahí.
De noche la fiesta se arma en el centro. La gente baila en la calle o en todos lados. En la calle del centro había 2 bares, uno más electrónico y uno con una banda que tocaba música brasilera. Todo está abierto para todos, no es necesario pagar entrada, sólo si quieres te puedes comprar algo para tomar, pero la calle facilita a la gente el acceso a ambos bares y si quieres te cambias de uno a otro. La gente baila, es feliz, nadie molesta a nadie. Paraíso.
Outfit: Vestido Topshop
Ultimo día de playa. Nos quedamos en la playa del centro que cuando la marea bajaba dejaba muchas pequeñas islas con piscinas naturales que podías colonizar. Nos quedamos ahí y nos topamos con un par de niños que nos hicieron una pequeña clase de biología marina de Pipa. Nunca había visto esos bichitos tan raros.
Un pulpito pequeño ♥
Una estrella de mar.
Un camarón (según lo que ellos dijeron, yo no estoy segura jaja)
Espero hayan disfrutado ustedes también esa semana tan larga que se nos regaló. Yo por mi parte volví con las pilas muy recargadas y con ganas de seguir viajando. No hay plata mejor invertida que en viajar.
Que tengan un muy buen fin de semana!!!